Gran parte de
nuestra vida es improvisación. Es decir,
tenemos responsabilidades y compromisos que cumplir a diario, pero en general
vivimos sin rigideces ni actos disciplinarios,
por decirlo de alguna forma. Sin embargo, hay
momentos en que debemos dar lugar a la disciplina, ya que nos puede ayudar a
enfrentar con éxito algunos desafíos.
Cuando comencé
con el proceso propio de enfrentar una enfermedad como ésta, tuve que pasar por
varias etapas y para cada una de ellas, fue necesario poner lo mejor de mí y
dar el cien por ciento. A pesar de la pena e incertidumbre.
Y, un ejemplo de
esto fue la kinesiterapia posterior a mis dos operaciones. Seguramente, muchas de Uds. sabrán a lo que me
refiero: sesión tras sesión, dolor físico, repeticiones, ejercicios para hacer
en casa, etc.
No era fácil,
pero esta tarea fue fundamental para devolverle la funcionalidad a mi cuerpo y
recuperar la calidad de vida. Sin mencionar,
las sesiones de terapia sicológica o de rehabilitación.
Durante esta
instancia, percibí que no hay mejor receta para la esperanza, que recuperar paulatinamente
la normalidad.
Hagan lo
necesario con disciplina y determinación. Les sorprenderá descubrir que
nuestros cuerpos tienen infinitos recursos y posibilidades.
Carlota
No hay comentarios:
Publicar un comentario