Después de todos estos años y pensando en lo que perdí, llegué a la
reflexión de que somos
mujeres lindas y perfectas. Aunque no lo veamos y nos centremos más en nuestros "defectos físicos".
Porque, más allá de estas "imperfecciones", que tanto nos preocupan y acompañan como un "convidado de piedra", poseemos un cuerpo que funciona como reloj, que es armonioso y nos permite estar en contacto con el mundo, a través de los cinco sentidos.
En lo personal, a veces, me preocupaba por mi peso, si tenía celulitis o la piel más firme; o, si ya tenía mis primeras arrugas, entre otras cosas. Castigándome, por no estar "a la altura", de lo que yo pensaba, debía ser una mujer atractiva. Esto, me causaba mucha frustración y pesar.
Sin embargo, ahora miro hacia atrás y descubro que todas esas preocupaciones, que apuntaban a lo físico, hoy, carecen por completo de peso y sentido. Porque con los años, comprendí que la belleza de una mujer, radica en su riqueza interna, primero.
Y, hoy, a pesar de esta pérdida, sé que puedo sentirme linda. Porque soy más que un cuerpo. Y, puedo seguir haciendo las mismas cosas: sentir, amar, correr... soñar.
Si has pasado por lo que yo pasé; o si no, nunca pierdas la perspectiva de lo que eres: una
mujer bella, que puede disfrutar la
vida, a través de un
cuerpo maravilloso y perfecto...
Un abrazo afectuoso...
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