martes, 3 de junio de 2014

Poner Límites

Cuando comencé a convivir con esta enfermedad y todas sus aristas, me propuse establecer algunos límites en beneficio de mi propia salud mental y espiritual.
Lo primero que hice fue reunir a mi familia para pedirles tres cosas:
Primero, que se mantuvieran enteros, aunque se quebraran muchas veces, ya que los necesitaría fuertes para apoyarme.
Segundo, que sólo me  rodearía de personas - familiares y amigos -, que me quisieran de verdad.
Tercero, que a lo largo de este duro camino, respetarían mis decisiones, sin importar cuáles fueran éstas.
Fui tajante y muy clara al respecto, porque sentí que quien debía estar a cargo de este "pesado buque", era yo. Sin desconocer que necesitaría ayuda y apoyo permanentes en el proceso.
Esta sencilla acción me facilitó las cosas, dándome cierta tranquilidad y la posibilidad de tener algo de control frente a tanta incertidumbre.

Jamás olvidemos que aún en medio del caos, tenemos la capacidad de saber lo que es mejor para nosotras. Escuchemos a nuestro corazón, ya que siempre nos guiará con sabiduría.

Carlota

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