Hoy, celebramos el Día del Padre, aunque en rigor se festeja oficialmente cada 16 de Junio. Sin embargo, igualmente recordaré a mi papá.
Y lo haré, porque no sólo tuvimos en común una vida, sino también la experiencia del cáncer. La diferencia es que yo sobreviví y él no.
Meses después de mi recuperación, le diagnosticaron cáncer de colon y luego de la operación, estuvo siete días al borde de la muerte. Cuando superó lo peor y lo supo, rechazo el tratamiento de quimioterapia y vivió los dos últimos años de su vida al lado de la familia, aprovechando cada momento hasta que comenzó a apagarse.
Era un hombre de mucho carácter, alegre y cariñoso. Tenía defectos y virtudes, como todos.
Han pasado cinco años desde que nos dejó y aún lo extraño. Especialmente, cuando necesito un consejo u opinión sobre algo que me preocupa.
Lamentablemente, ya no puedo abrazarlo en su cumpleaños, ni saludarlo en un día como hoy. Tampoco puedo llamarlo ¡papá!. Pero, lo recuerdo casi a diario, ya que fui muy afortunada al tenerlo.
Si aún tienen a su padre, no esperen un día como éste para abrazarlo, besarlo y decirle que lo quieren. Y, si están peleados, tomen la iniciativa y reconcíliense con él, ya que no sabemos qué pasará mañana.
Con afecto, Carlota.
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