Cuando enfrentamos situaciones límites que ponen en peligro nuestra vida, sabemos que existen dos opciones: Sobrevivir o perecer.
Y, si somos premiados con una segunda oportunidad, tenemos la gran posibilidad de mejorar lo que somos, lo que hacemos y cómo nos relacionamos con los otros. Sin embargo, parece que es característica de "ser humanos", olvidar y no aprender de las experiencias que han puesto en jaque nuestra existencia.
Me ha tocado conocer no pocas personas, que han sobrevivido a enfermedades graves y no han hecho los cambios necesarios para tener una mejor calidad de vida. Por ejemplo, algunas mujeres que conozco y que han superado un Ca. de mamas, han mantenido su sobrepeso u obesidad; sus dañinos hábitos alimenticios y las mismas conductas estresantes.
Sé que no es fácil. Aún, tengo que mejorar en ese sentido. Pero, podemos y debemos hacerlo. Primero, por nuestro bien y segundo, por el bien de quienes nos aman.
Te invito a quererte más y a reconocer cuáles son tus propias necesidades. Qué te hace feliz y qué no.
¿Duermes lo suficiente? ¿Eres capaz de pedir ayuda y delegar? ¿Haces actividad física? ¿Comes lo que tu cuerpo realmente necesita? ¿Te das espacio para el ocio?
Reflexionemos al respecto para hacer cambios, que resultarán en mejores días y honrarán la segunda oportunidad que la vida nos ha dado.
Les dejo este video: Una Segunda Oportunidad
Te puede interesar: Mi Historia
Les dejo este video: Una Segunda Oportunidad
Te puede interesar: Mi Historia
No hay comentarios:
Publicar un comentario